En dos tomos, publicación es un homenaje póstumo que destaca el legado de Pantigoso a la literatura peruana.
La comunidad cultural recuerda en agosto al gran poeta Manuel Pantigoso Pecero con el lanzamiento de ‘Rompeolas de Altamar’, edición póstuma en dos tomos que reúne la obra poética completa de quien es considerado “una de las voces más altas de la poesía contemporánea” en el Perú.
Nacido el 27 de agosto de 1936 en Lima, Pantigoso Pecero hubiera cumplido este mes 88 años. Su partida se produjo el 10 de marzo de 2024, pese a lo cual dejó avanzada la edición de su obra completa.
“La voz del poeta puede no ser, fundamentalmente, poesía de circunstancias o de lo cotidiano, pero también es cierto que ningún verdadero poema ha de brotar de la exclusiva fantasía o de lo irreal imaginado”, señaló en alguna oportunidad el autor.
“Su esencia siempre será rasgada por un evento íntimo, una anécdota o un pasaje que dejó su huella a sangre abierta –añadió–. Puede el poeta olvidarse de los hechos, pero ha de quedar siempre ese vaho sensible o atmósfera plástica, visual, sonora, rítmica, espacial, dentro de una necesidad de integrarlo todo a fin de rechazar la dispersión y el desarraigo”.
Para el escritor y crítico literario Roberto Reyes Tarazona, “la existencia entera de Manuel Pantigoso no puede entenderse de otra manera que a través de sus publicaciones. Su biografía son sus libros”.
Puedes leer aquí el Tomo I y el Tomo II.
Admirar la vida, vibrar con la belleza
Por su parte, el poeta e investigador literario Antonio Sarmiento Anticona coincide en que “tenemos que ir a la obra de Pantigoso” para que ella nos explique la esencia de su ser, de su relación con la sociedad, su visión de vida múltiple y unitaria, en creación permanente.
“No es que el asedio biográfico determine su poética, sino que a través de él se manifiesta la doctrina estética del vate, compatible con su sentido ético y su postura frente al mundo, anudados a la emoción y al espectáculo de la naturaleza y de la vida, sentida desde los adentros de la palabra poética”, agrega.
Según Sarmiento, se trata de una poesía entroncada con lo más vital de sí mismo. “Pantigoso fue un hombre que admiraba la vida, bebía de ella, que estaba con sus amigos, que salía a pasear, vibraba con la belleza, se angustiaba con el dolor colocándose en contra de la injusticia”.
Con su partida el 10 de marzo, Manuel Pantigoso nos ha dejado un vacío irreparable, pero siempre estará en nuestros corazones. “Su alma artística, de poeta universal, es un ejemplo de lo que es luchar ante la adversidad, un ejemplo de generosidad, amistad, bondad, de un darse a los demás permanente”, sostiene su hijo Francisco Pantigoso.
Fuente: Agencia Andina